El Poder como Problema

Abril 2009

Podríamos analizar brevemente esta cuestión, repensándola bajo el siguiente punto de vista: tenemos por un lado a los hombres y mujeres de los partidos que participan en el juego de la democracia, que sólo se diferencian en cuestiones cosméticas. Ya que en lo esencial están de acuerdo en cubrirse y protegerse mutuamente (la lealtad política) dentro de un sistema que les reserva privilegios, oportunidades de negocios y poder sobre la gente trabajadora que paga la cuenta.
Tenemos también a dueños de ciertas empresas y sindicalistas que, consecuentes con la lógica corporativa del sistema, se posicionan para resultar beneficiados en el dictatum de leyes, regulaciones económicas y prebendas a cambio de apoyo al gobierno. O más bien de apoyo al incremento patrimonial y a la impunidad de sus integrantes.
Están además todos los beneficiarios de planes sociales, subsidios indirectos, puestos de favor o jubilaciones de privilegio, interesados en mantenerse siempre en situación de ventaja parasitaria a costillas de lo que generen otras personas. Más otro dato importante: las tareas propias de la maquinaria del Estado están a cargo de una gran burocracia de empleados, que los contribuyentes no pueden remover ni cambiar.

Todos ellos están de acuerdo en sostener con votos, con propaganda, con movilizaciones, dinero o chantajes el poder coercitivo, aplanador y sin opciones, del Estado.

Como muchos otros, se confunden en la defensa de un monopolio: el monopolio del uso de la fuerza armada que respalda este poder, dando pie al cobro compulsivo de tributos sobre diversos bienes, propiedad de gente pacífica. Personas que no sólo se encuentran atomizadas y desarmadas sino con las mentes condicionadas por una vida de adoctrinamiento oficial en la conveniencia de someterse en majada al poder político dejando las cosas, básicamente, como están.
Tenemos también el elegante fraude que, bajo el nombre de Constitución Nacional, nos acuna en la creencia de que nuestros derechos y propiedades están amparados por un bello y complejo sistema de equilibrios y contrapesos entre los tres poderes independientes de la república. Se omite, por supuesto, la incómoda aclaración de que los tres forman parte de una misma organización (el Estado) y tienen, dentro de su área, el mismo monopolio coactivo apoyado en las armas -y en la política económica- que controla el partido de gobierno. La supuesta independencia, no es tal.

Todo descansando en el absurdo de querer suponer que las mujeres y hombres que nos gobiernan son seres honestos, desinteresados, imbuidos de amor a la patria y con verdadera vocación de servir al prójimo sin pensar en otra retribución que la satisfacción del deber cumplido. Y que además cuentan con el bagaje intelectual de conocimientos de avanzada como para asegurarnos una posición de inteligente preeminencia en el ranking de la prosperidad mundial. Mito que de ser (aún al 50%) cierto, garantizaría el funcionamiento de la democracia, tanto como de cualquier otro sistema (monarquía, aristocracia, dictadura, tribalismo etc.) sin inconvenientes ya que estaríamos en manos de reales servidores públicos. No existe tal. Quienes estén capacitados para verlo, habrán avanzado otro paso en la comprensión del problema.

Lo cierto es que el poder siempre corrompe, porque el ser humano es una criatura imperfecta, más allá de las excepcionalidades.
No existen mujeres ni varones que sean inmunes a la corrupción del poder. Quien posea poder para dominar y dañar, hacer el bien o ayudar, fatalmente dominará y dañará a sus semejantes de un modo u otro, porque usará ese poder en su propio beneficio, el de sus familiares y amigos, el de las personas que lo ayudaron a acceder a ese sitial y las que lo ayudan a mantenerlo. De eso se trata la corrupción. Y porque aún el “buen uso” del poder que brindan las armas queda totalmente deslegitimado desde el momento en que un solo ser humano se vea agredido sin haber iniciado agresión. Un ejemplo entre mil podría ser el del gobierno apropiándose del fruto de su trabajo, sus ahorros o su capital productivo para aplicarlo a iniciativas con las que esa persona no está de acuerdo y que no financiaría si estuviese en posición de decidirlo (tales como la “Universidad” de las Madres de Plaza de Mayo y sus planes de fomento al terrorismo intelectual liberticida).

En verdad, el poder no consentido aplicado sobre seres humanos pacíficos es el anti-camino. La contra-evolución. La tiranía de quien compra el mayor número de votos para expoliar con tranquilidad a las minorías. Es lo primitivo; la ley de las bestias. Y lo que todavía nos rige.

Debemos tender hacia un sistema de organización social que cumpla con aquella ley moral de “el fin no justifica los medios” si queremos dejar de ser cómplices de los violentos y de los ladrones. Si queremos empezar a construir la no violencia y la estricta justicia de méritos que todos afirmamos desear. Si pretendemos dejar de ser colaboracionistas para empezar a militar en la resistencia a favor de lo correcto.
Un sistema que subordine el poder a las decisiones voluntarias y responsables de cada persona. Que considere a cada ser humano como un fin en si mismo, en lugar de considerarlo como un medio al servicio de los fines socialistas. Alguien único, irrepetible, sagrado y con derechos in-avasallables. Aunque una mayoría opine lo contrario. Que sea la peor pesadilla de los totalitarios y de todos los que pretenden vivir del esfuerzo ajeno enarbolando un garrote agresor.

Democratizando el poder para distribuirlo entre toda la población, impidiendo que se concentre en manos de unos pocos.
No es imposible. En todo caso es tan utópico como alguna vez lo fue la democracia. Porque democratizar el poder significa entregar a cada individuo de la sociedad la cuota de poder que le permita decidir cosas tales como cuándo, bajo qué cláusulas y a qué agencia supertecnologizada de seguridad privada me afiliaré aportando el dinero que hoy me quitan (con los impuestos) para brindarme una “protección” monopólica que no me conforma. (1)



(1) Para ampliar en este tema, ver nota Acerca del Sistema Libertario de Abril 09 en http://www.libertadynoviolencia.blogspot.com/

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